Ciclo de Conferencias NELcf-Ciudad de México Cortes e interpretaciones en la práctica analítica

Responsable de la actividad: Directorio de la Sección NELcf-Ciudad de México

Invitados: Miembros de la Sección NELcf-Ciudad de México

Argumento:
La interpretación en psicoanálisis se fundamenta en principios, no en recetas. El corte, como una de las modalidades de interpretación destacadas por Jacques Lacan, está en el corazón de la experiencia analítica. ¿Qué implica dicha operación de corte, bajo transferencia, en el marco de una sesión analítica? ¿Cómo concierne al analista? ¿Cuál es la diferencia entre alusión, puntuación, citación, resonancia, equívoco?
De cara a las XIII Jornadas de la NELcf “Cortes e Interpretaciones” , el Ciclo de Conferencias propuesto será una oportunidad para abordar estos problemas fundamentales que atañen a la teoría y la clínica.

En esta vía, se propiciará un espacio de trabajo abierto, desde la Escuela hacia la ciudad, convocando a todos los interesados en el psicoanálisis de orientación lacaniana, para trabajar durante seis meses el tema de nuestras próximas Jornadas.

Los miembros de la NELcf en la Ciudad de México, cada uno con su estilo y su particular manera de transmisión, presentará y someterá a la discusión un trozo, un detalle, una perspectiva sobre el tema.

Dos boyas más orientarán este espacio

La primera: Palabras de la presidenta de la AMP, Cristian Alberti, dirigida a los presidentes de las 7 Escuelas, durante el debate sobre la política lacaniana¨:
“El psicoanálisis, como discurso, no tiene la vocación de dominar, pero busca sin embargo mantener su oferta. La oferta de una experiencia que es desde todos los puntos original, la experiencia de una práctica no consensual que introduce una brecha en el mundo que lo rodea. En un contexto que avanza hacia el cierre del inconsciente, le queda a cada Escuela encontrar su manera de mantener esta oferta viva y a la altura de nuestro tiempo”.

La segunda: Palabras de Jaques-Alain Miller, en entrevista realizada por el Caldero de la Escuela durante el año 2022.
“¡La historia del psicoanálisis está en el futuro, aún cuando se la viva hoy y las claves estén en su pasado, en lo que primero se escribió del psicoanálisis (…) Freud le dio a su institución la forma de una iglesia…jamás, jamás crear una institución parecida…autoritaria, bajo la tutela e incluso la férula del discurso del amo, sectaria, miserable, prisión burocrática. Si los miembros de la AMP están animados por el deseo de durar juntos, les será necesario ser incautos de la buena manera de las instituciones que pensé para ellos. S de A tachada quiere decir: no hay Otro del Otro (…) hay un agujero en el Otro (…). Ninguna garantía. Entonces, riesgo. No hay acto a no ser tomando el propio riesgo”.

Con esta precisa y preciosa orientación, dará inicio, el 15 de mayo, esta nueva experiencia de Escuela.

Están todos invitados.
Los esperamos.

Fechas

  • 15 de mayo Aliana Santana y Ángel Sanabria
  • 29 de mayo Edna Gómez
  • 12 de junio Alba Alfaro
  • 3 de julio Marcela Almanza
  • 10 de julio José Ruíz
  • 14 de agosto Paula Del Cioppo
  • 28 de agosto Diana Ortiz
  • 11 de septiembre Viviana Berger
  • 9 de octubre Fernando España
  • 23 de octubre Ana Viganó

Inicio: 15/05/2023
Finalización: 23/11/2023
Horario:  19:30 Hrs

Modalidad: Presencial
Lugar: Local de la NELcf-Ciudad de México
Insurgentes sur 1188, despacho 106, Tlacoquemecatl, Benito Juárez.

Informes:  Inscripciones: Del 10 de abril al 10 de mayo.

✉asistente.nel.mexico@gmail.com (Asistente: Sra. Betty Guerrero)
📞 (55) 7028 4439

Cupo limitado: 30 personas (presencial en el local)
Cupo limitado por zoom (50 personas)  

Actividad gratuita

IV JORNADAS DE LA NEL-cf CDMX:
PRESENCIAS DEL ANALISTA TEXTO DE ORIENTACIÓN
EJE: Presencias… en la ciudad y la época

Un despertar

¿Cuál podría ser la incidencia política un poco más allá de esta presentación negativa?

Tal vez cierto efecto de despertar. Un despertar respecto de aquello de lo que en

definitiva se trata en los ideales sociales: del goce y de la distribución del plus-de-gozar.

 (Jacques-Alain Miler)

Desde hace tiempo los analistas hemos afrontado el desafío ético de hacer a un lado la rutina del consultorio y asumir una presencia en los dispositivos comprometidos con la salud mental en nuestras ciudades, así como en los debates públicos con el Otro social. En este aspecto, no cabe desconocer que, más allá de la vigencia del discurso del analista y sus consecuencias prácticas, en una perspectiva más amplia, se trata del consentimiento a la convocatoria de Lacan de alcanzar “una incidencia política donde el psicoanalista tendría su lugar si fuese capaz de ello”[1]. Por supuesto, para estar a la altura de la época, ello exige al deseo del analista el miramiento por los síntomas de la actualidad, los impases en lo social, y el aggiornamiento permanente respecto de los discursos emergentes que se imponen al compás de cada tiempo.

Ahora bien, ¿De qué presencia se trata?, ¿Cómo pensar esa presencia?

Más allá del analista causa del trabajo del sujeto supuesto saber, correspondiente a la dimensión transferencial del inconsciente, encontramos una clara orientación en el Capítulo X del Seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Allí Lacan nos advierte sobre la presencia del analista, primordialmente, como una manifestación del inconsciente. Y es sólo desde ahí como tiene lugar su presencia real, más allá del par imaginario del a-a´, desidealizando, a su vez, la figura y la persona del analista, para reducir su función a la de un resto, “un resto fecundo” –en tanto una presencia muy particular que se pone en juego solamente en el arte de escuchar del analista. “El arte de escuchar casi equivale al del bien decir”[2].

Como vemos, ello no será ciertamente exclusivo de la experiencia analítica. Esta función estará activa en todos los vínculos donde se trata de la relación del sujeto con el saber y el goce. “Se trata en estos vínculos siempre de una relación transferencial encarnada en la persona que se supone agente de la acción, pero esa atribución de saber a la persona deja en realidad encubierta la relación del sujeto con el saber de su propio inconsciente, verdadero agente del vínculo”[3]. En la medida en que el analista con su acto recuerde la banalidad del sentido de las palabras, opere como el dedo elevado de San Juan tal como Lacan evoca en “La dirección de la cura”, señalando cómo somos hablados, que la referencia del lenguaje no existe, hará presente la perspectiva de lo real más allá de la realidad.

En este sentido, la ironía sirve muy bien a la posición del analista a la hora de perturbar los ideales sociales y revelar su naturaleza de semblantes respecto a un real que sería del goce. “Está más bien, como Sócrates, para hacer temblar, para hacer vacilar los ideales, a veces simplemente poniéndolos entre comillas, quebrando un poco los significantes-amo de la ciudad”[4]. Sin embargo, por otro lado, Lacan nos enseñó que los ideales son semblantes, arbitrarios, pero que esos semblantes son necesarios. La sociedad se sostiene gracias a sus semblantes, no hay sociedad sin identificaciones. Entonces si, por un lado, es cierto, el padre es un semblante, y, sí, se puede prescindir de él … sin embargo, no hay que olvidar que ¡a condición de saberlo utilizar!

Pensar la presencia del analista como la provocación de un despertar implica, necesariamente, sostener un deseo vivo. Seis años antes de su Seminario 11, en el texto La dirección de la cura y los principios de su poder, paradójicamente, Lacan dará al analista el lugar del muerto, dejando el yo a un lado para que pueda surgir el lugar del Otro para el sujeto, el inconsciente, su verdadera pareja, en el registro de lo simbólico. Es el lugar de la causa de la división del sujeto que Lacan formalizará más adelante con la función del objeto a, presencia irreductible.

Para finalizar, cabe mencionar el concepto de “acción lacaniana” que Jacques-Alain Miller ha propuesto para nombrar en el seno de la Asociación Mundial de Psicoanálisis la política de incidencia en los ámbitos políticos y sociales como el correlato del acto analítico en la sociedad. Si Lacan ha formulado que «No hay clínica del sujeto sin clínica de la civilización» es porque la topología del inconsciente lacaniano –allí donde el analista manifiesta su presencia- resulta, entre un afuera y un adentro, de una extimidad irreductible. ¿Cómo el deseo del analista pudiera, entonces, prescindir de la ciudad y la época?

 

[1] Miller, J.-A., El psicoanálisis, la ciudad y las comunidades.

[2] Lacan, J., El Seminario Libro 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Editorial Paidós, p. 129.

[3] Bassols, M., Presencia del analista, Cuadernos del INES Nro 14, Editorial Grama, p. 99.

[4] Miller, J.-A., El psicoanálisis, la ciudad y las comunidades.