De tal padre, tal hijo

Comentan: Irene Sandner y Alexandro Simancas

Con mucho entusiasmo la Nel CDMX los invita a disfrutar de una excelente película que acompaña el trabajo hacia las segundas Jornadas de la Nel CDMX ¿Qué quieren los hombres? , asunto de todxs. Luego de la proyección, escucharemos los comentarios de Irene Sandner y Alexandro Simancas. Con lo que abriremos la conversación.

La película De tal padre, tal hijo del aclamado director Kore-eda Hirokazu es un drama familiar en la que el director reflexiona, y hace reflexionar al espectador, sobre qué significa ser padre. ¿Cuándo un hombre puede considerarse realmente «padre»? ¿Qué es más importante, la sangre o el afecto? ¿Qué convierte a uno en «padre»? ¿Qué significa para un hombre tener éxito en la vida o ser respetado socialmente? Éstas, y otras preguntas, nos vendrán a la cabeza mientras vemos De tal padre, tal hijo y nos perseguirán una vez en casa, haciendo que analicemos nuestra propia vida.

De tal padre, tal hijo fue nominada a la Palma de oro y ganadora del Premio del Jurado en la pasada edición del Festival de Cannes y Premio del Público en la última edición del Festival de San Sebastián, y protagonizada por Fukuyama Masaharu, Lily Franky, Maki Yōko y Ono Machiko.

Sinopsis
Nonomiya Ryota (interpretado por Fukuyama Masaharu) es, aparentemente, un hombre de éxito, respetado y admirado socialmente. Arquitecto en una importante firma, conduce un coche de lujo y vive en un moderno apartamento junto a su mujer Midori (interpretada por Ono Machiko) y su hijo Keita de cinco años.

Un día, sin embargo, el mundo de los Nonomiya se viene abajo cuando la pareja recibe una dura noticia del hospital donde nació su hijo: debido a un error, les entregaron el hijo de otra familia. Los Nonomiya deciden conocer a Saiki Yudai (interpretado por Lily Franky) y su mujer Yukari (interpretada por Maki Yoko) y al hijo de ambos, el hijo ‘verdadero’ de los Nonomiya, para plantearse una importante decisión: si intercambiarse los niños, como les aconsejan desde el hospital y comenzar de nuevo, o quedarse con el niño que han criado durante casi 6 años y al que quieren y conocen, a pesar de saber que no es su hijo biológico.

La diferente manera de ser y de vivir de los Saiki (que viven en una vieja y destartalada casa a las afueras de la ciudad, pero cuyo padre parece tener tiempo para jugar con sus hijos y disfrutarlos) hará que Ryota se plantee qué tipo de padre ha sido hasta la fecha y qué tipo de padre quiere ser, mientras se debate entre la importancia de la sangre y el afecto, el éxito profesional y el éxito social y el equilibrio entre su vida familiar y su vida laboral

Japón, (2013) Director: Hirokazu Koreeda

Fecha: 10/11/2017
Hora:
17:00 hs

Lugar: NEL-Ciudad de México
José María Velasco #31, 2° piso
Colonia San José Insurgentes, Delegación Benito Juárez
Ciudad de México – CDMX, México.

Cuota de recuperación: $50.00 MXN 

IV JORNADAS DE LA NEL-cf CDMX:
PRESENCIAS DEL ANALISTA TEXTO DE ORIENTACIÓN
EJE: Presencias… en la ciudad y la época

Un despertar

¿Cuál podría ser la incidencia política un poco más allá de esta presentación negativa?

Tal vez cierto efecto de despertar. Un despertar respecto de aquello de lo que en

definitiva se trata en los ideales sociales: del goce y de la distribución del plus-de-gozar.

 (Jacques-Alain Miler)

Desde hace tiempo los analistas hemos afrontado el desafío ético de hacer a un lado la rutina del consultorio y asumir una presencia en los dispositivos comprometidos con la salud mental en nuestras ciudades, así como en los debates públicos con el Otro social. En este aspecto, no cabe desconocer que, más allá de la vigencia del discurso del analista y sus consecuencias prácticas, en una perspectiva más amplia, se trata del consentimiento a la convocatoria de Lacan de alcanzar “una incidencia política donde el psicoanalista tendría su lugar si fuese capaz de ello”[1]. Por supuesto, para estar a la altura de la época, ello exige al deseo del analista el miramiento por los síntomas de la actualidad, los impases en lo social, y el aggiornamiento permanente respecto de los discursos emergentes que se imponen al compás de cada tiempo.

Ahora bien, ¿De qué presencia se trata?, ¿Cómo pensar esa presencia?

Más allá del analista causa del trabajo del sujeto supuesto saber, correspondiente a la dimensión transferencial del inconsciente, encontramos una clara orientación en el Capítulo X del Seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Allí Lacan nos advierte sobre la presencia del analista, primordialmente, como una manifestación del inconsciente. Y es sólo desde ahí como tiene lugar su presencia real, más allá del par imaginario del a-a´, desidealizando, a su vez, la figura y la persona del analista, para reducir su función a la de un resto, “un resto fecundo” –en tanto una presencia muy particular que se pone en juego solamente en el arte de escuchar del analista. “El arte de escuchar casi equivale al del bien decir”[2].

Como vemos, ello no será ciertamente exclusivo de la experiencia analítica. Esta función estará activa en todos los vínculos donde se trata de la relación del sujeto con el saber y el goce. “Se trata en estos vínculos siempre de una relación transferencial encarnada en la persona que se supone agente de la acción, pero esa atribución de saber a la persona deja en realidad encubierta la relación del sujeto con el saber de su propio inconsciente, verdadero agente del vínculo”[3]. En la medida en que el analista con su acto recuerde la banalidad del sentido de las palabras, opere como el dedo elevado de San Juan tal como Lacan evoca en “La dirección de la cura”, señalando cómo somos hablados, que la referencia del lenguaje no existe, hará presente la perspectiva de lo real más allá de la realidad.

En este sentido, la ironía sirve muy bien a la posición del analista a la hora de perturbar los ideales sociales y revelar su naturaleza de semblantes respecto a un real que sería del goce. “Está más bien, como Sócrates, para hacer temblar, para hacer vacilar los ideales, a veces simplemente poniéndolos entre comillas, quebrando un poco los significantes-amo de la ciudad”[4]. Sin embargo, por otro lado, Lacan nos enseñó que los ideales son semblantes, arbitrarios, pero que esos semblantes son necesarios. La sociedad se sostiene gracias a sus semblantes, no hay sociedad sin identificaciones. Entonces si, por un lado, es cierto, el padre es un semblante, y, sí, se puede prescindir de él … sin embargo, no hay que olvidar que ¡a condición de saberlo utilizar!

Pensar la presencia del analista como la provocación de un despertar implica, necesariamente, sostener un deseo vivo. Seis años antes de su Seminario 11, en el texto La dirección de la cura y los principios de su poder, paradójicamente, Lacan dará al analista el lugar del muerto, dejando el yo a un lado para que pueda surgir el lugar del Otro para el sujeto, el inconsciente, su verdadera pareja, en el registro de lo simbólico. Es el lugar de la causa de la división del sujeto que Lacan formalizará más adelante con la función del objeto a, presencia irreductible.

Para finalizar, cabe mencionar el concepto de “acción lacaniana” que Jacques-Alain Miller ha propuesto para nombrar en el seno de la Asociación Mundial de Psicoanálisis la política de incidencia en los ámbitos políticos y sociales como el correlato del acto analítico en la sociedad. Si Lacan ha formulado que «No hay clínica del sujeto sin clínica de la civilización» es porque la topología del inconsciente lacaniano –allí donde el analista manifiesta su presencia- resulta, entre un afuera y un adentro, de una extimidad irreductible. ¿Cómo el deseo del analista pudiera, entonces, prescindir de la ciudad y la época?

 

[1] Miller, J.-A., El psicoanálisis, la ciudad y las comunidades.

[2] Lacan, J., El Seminario Libro 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Editorial Paidós, p. 129.

[3] Bassols, M., Presencia del analista, Cuadernos del INES Nro 14, Editorial Grama, p. 99.

[4] Miller, J.-A., El psicoanálisis, la ciudad y las comunidades.